Mucho se habla de las enormes ventajas que trae la aplicación de las tecnologías de la información (TI) en las organizaciones que las implementan y utilizan. Más que una ventaja competitiva, las TI son una necesidad de negocio. Desde una hoja de cálculo hasta las más complejas implementaciones de ERP (sistemas de planificación de recursos empresariales), todas las empresas de todo rubro o tamaño se ven en la necesidad de aplicar tecnología en sus día a día.
En el mercado hay un gran abanico de opciones de software para la gestión de negocios, herramientas simples, complejas, multifuncionales, para todos los gustos. Sin embargo, tener el ERP de última generación no asegura mejoras a los procesos de nuestra empresa y, mucho menos, una ventaja competitiva.
Ya sea por falta de capacitación, resistencia al cambio o una decisión errónea, muchas veces no se aprovecha al máximo la herramienta que se ha adquirido. Por ello, las altas direcciones ven la aplicación de nuevos sistemas informáticos como gastos innecesarios o pérdidas de dinero.
Las TI serán una ventaja competitiva en la medida que su aplicación esté alineada con las estrategias y necesidades del negocio. Su uso debe nacer luego de un análisis de la empresa y su entorno.
Después de este proceso se establecerá qué tecnologías son las necesarias para cumplir con los objetivos de la empresa. La ventaja competitiva que las tecnologías de la información brindan a las organizaciones no se basa en tener un software de última generación, sino en cómo se hace uso de dicho sistema.
Finalmente, cabe señalar que las tecnologías de la información pueden pasar de ser un elemento necesario y estratégico para hacer negocios hoy en día a ser un potente elemento generador de ventajas competitivas, siempre que se haga uso de ellas de tal manera que se vaya de la mano con las estrategias de negocios de la organización, mejorando conjuntamente y de forma sostenida los resultados del negocio.